viernes, 24 de octubre de 2014

En mi opinión la culpa no es del chancho. Marcelo Tinelli

Recuerdo que en aquellos días en que no tenía más que Canal 11 por aire, a última hora veía “Video Match”, un programa de relleno con videos de deportes ignotos y con comentaristas de primer nivel pero con un conductor desconocido y temeroso de lo que hacía. Como nadie le prestaba importancia, el conductor se aflojó la corbata, hizo de cuenta que estaba entre amigos y convirtió su programa en una tertulia sobre videos caseros y de deportes. Sin saber cómo, la fórmula funcionó y fue ganando audiencia. Al cabo de los años, la producción se fue renovando y ganando audiencia, con lo que el joven conductor comenzó a ganar mejor y sin hacerlo público colaboraba con obras de bien, entre otras con el hospital de la ciudad en la que había nacido. De niño había perdido a sus padres porque en el hospital no tenían los equipos para salvarlos de las lesiones que sufrieron en el accidente. En el fondo de aquel hombre todavía vivía el niño que intentaba salvar a sus padres. El muchacho trabajo de lunes a domingo con programas de espectáculos, incentivado por gente de trayectoria en los medios con los que supo mantener buena relación e impulsó a nuevos artistas. La popularidad que ganó no pasó desapercibida por los políticos que siempre buscan una vidriera para promocionarse y eso impulsó más a su empresa. Marcelo Tinelli se había convertido en un empresario exitoso de los medios masivos, siempre buscó hacer buenos negocios y en los medios eso se mide por el rating. Nunca buscó competir con artistas, creadores, escritores o filósofos. Si se destaca en un área es en la televisión comercial. Compitió por los premios “Martín Fierro” y los ganó en varias oportunidades en el rubor de entretenimiento, no en el de producción cultural. En este momento la polémica está en torno a que la legislatura porteña declaró a Marcelo Tinelli “Persona destacada de la cultura”, distinción que recibió de manos de Mauricio Macri. No cabe duda de que se trata de la maniobra de un candidato para captar la atención a través de un programa de mucho rating. Por lo tanto la culpa no es de Marcelo Tinelli, hasta donde sé, nunca fue a pedir tal distinción y no creo que la haya pretendido porque nunca fue su rubro. Siempre se dedicó al entretenimiento, al deporte en todo caso, pero no a la cultura. Es comprensible que quienes hacen y aprecian la cultura se sientan ofendidos, no sólo porque hay grandes cultores que la merecen sino que ahora la distinción misma se desprestigia. ¡Imagínense dentro de cincuenta años pasando lista a Marcelo Tinelli a la par de Astor Piazolla, del Cuchi Leguizamón o de Ernesto Sábato!

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