viernes, 23 de diciembre de 2011

PEDAGOGÍAS VIAJERAS

PEDAGOGÍAS VIAJERAS. NARRATIVAS DE FORMACIÓN DOCENTE
De Elizabeth Carrizo y Marcela Arocena

Primera Edición
CAIE IFD N° 6005 (CENTRO DE ACTUALIZACIÓN E INVESTIGACIÓN EDUCATIVA)
Salta, Diciembre 2011


Cuando Marcela y Elizabeth me encargaron la tarea de hacer la presentación de este libro vinieron a mí un par de recuerdos. Uno concitado por un diálogo con mi hija a propósito de la definición de una vocación y recordé La breve historia de tiempo de Stephen Hawkins que a través de un relato explica la teoría astrofísica más compleja del siglo XX.

Por otra parte recordé que hace unos días volví a ver una película de Jean-Jacques Annaud, La guerra del fuego (1981). Éste director es un gran recreador de épocas y esta ficción nos traslada a la más remota prehistoria, cuando el hombre atesoraba el fuego que aún no sabía producir. La peripecia comienza cuando una tribu ataca a otra y le apaga el fuego, entonces comisionan a un grupo para que consiga nuevamente fuego. Una parte que me fascina de esa ficción es que casi al final, cuando los buscadores del fuego regresan a la tribu, todos celebran y parte de la celebración es el relato de su propia aventura. El lenguaje es muy elemental, más gruñidos que palabras, acompañados de gestos y mímicas, pero lo importante es que allí hay un relato. Podemos conjeturar que Prometeo fue uno de ellos, no un dios, sino un hombre que nos legó el fuego, nos sacó de las cavernas y nos hizo dominar nuestros temores. Por obra de los relatos ese hombre se inmortalizó como un dios en una bella metáfora que habla de nuestra rebelión como especie ante nuestras limitaciones.
Desde la más remota antigüedad la especia humana guardó y transmitió información en forma de relatos que han creado un tiempo y un espacio mítico en el que los nuevos miembros de la especie comparten las experiencias de sus mayores, que, en el acto de narrar, recuerdan los momentos que vivieron y dejaron huella en sus existencias.

Por motivos de falta de apoyo institucional a la tarea docente, un colega me pidió una ayuda y yo recordé las lecciones de Konrad Lorenz que a través de la etología nos enseñó que una de las diferencias entre nosotros y los otros homínidos es que si bien a ellos les interesa aprender –basta que un monito realice una tarea para que otro se acerque curiosamente y trate de imitarlo- sólo a la especie humana le interesa enseñar. Es por ello que hemos creado la educación en sus distintas formas.

De todo esto se desprende que tanto narrar como enseñar son conductas inherentes y definitorias de la especie humana.
En este libro dirigido por Elizabeth Carrizo y Marcela Arocena se reúnen esas dos improntas que nos definen: narrar y enseñar.

Hoy, a principios de la segunda década del siglo XXI, cuando convivimos con las computadoras -lo que para muchos de nosotros era un sueño de la ciencia ficción- estas docentes han tomado uno de las tecnologías más antiguas de la humanidad: el relato.
Esta vieja herramienta, más antigua que el fuego, les permitió a los humanos construir la cultura y lo que llamamos civilización y es tan eficiente que hoy sigue mostrando su poder transformador. Porque a diferencia de otros inventos, está incorporado a nuestro modo de pensar, entender y hacernos entender.

Pedagogías viajeras puede ser considerado un libro y por lo tanto, parafraseando a Borges, es un volumen, una cosa entre las cosas, ocupa un lugar en el espacio y transcurre en el tiempo, como todos nosotros y lo que nos rodea, pero al abrirlo se abre para cada uno de nosotros la posibilidad de un encuentro que puede ser mágico, aunque también cabe la posibilidad de que sea desafortunado. Todo libro es una posibilidad.

Desde mi modo de leer, Pedagogías viajeras no es un libro, es muchos libros, pues se puede leer tanto un conjunto de relatos, una compilación, como una novela o como una gesta en la que dos soñadoras vuelven a cabalgar contra nuevos molinos de viento para que los lectores se pregunten cuáles son los límites de la realidad; o si quieren pueden leerlo como un aporte al campo de la pedagogía, un aporte a la formación del docente. Pues también puede ser un libro que lleve a reflexionar sobre qué es ser docente, qué es ser estudiante, ver qué experiencia del otro puede ayudarme a comprender mi propio proceder.

Para las perpetradoras de esta aventura:

“Este libro, a través de las voces de los profesores Elizabeth, Marcela, Sira y Daniel, permite redescubrir la particular vinculación entre narración y educación donde el profesor es maestro. Éste, desde su experiencia vivida y su apuesta docente, contribuye a la transformación de sus alumnos.”

“Pedagogías Viajeras se presenta como un modo de exploración, transita por recorridos impresionistas, sin la pretensión de fijar ni un saber ni un hacer, sino mas bien presenta un desafío, el de construir una tarea común, en términos de proyecto, de ir todos juntos dándonos cuenta de cómo ir construyendo un horizonte de sentido.”


http://itinerariospedagogicos.blogspot.com/

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