lunes, 12 de octubre de 2020

Representación de las lenguas prehispánicas

 

Representación de las lenguas prehispánicas

 

                Las lenguas prehispánicas eran numerosas y en su gran mayoría eran ágrafas, mientras que algunas culturas habían desarrollado distintos modos de registro de la memoria, externa a la memoria biológica y mental. Esos registros son los que denominamos de modo amplio como "escritura". Sin embargo no todos esos modos de representación respondían a la lógica fonocéntrica y lineal en el sentido en el que han evolucionado los sistemas de escritura de las culturas desarrolladas en torno al Mediterráneo.

                Cuando los españoles llegaron a América en el siglo XV, contaban con un sistema de escritura desarrollado a partir de la representación fonética que elaboraron las culturas del Mediterráneo y aglutinadas por Grecia y Roma.

                El sistema de escritura basado en la representación de fonemas discretos llevaba más de mil años en Europa cuando tomaron contacto con culturas que no respondían a su lógica de representación, entre ellas las culturas americanas. Es por ello que lo consideraban el mejor -o tal vez el único- modo de representar gráficamente las palabras.

                Cuando los misioneros reconocieron que los mesoamericanos tenían bibliotecas y en los frisos y murales repetiían los mismos caracteres, solicitaron a los informantes que les dieran su alfabeto para poder realizar traducciones. Los mesoamericanos entendieron los que los misioneros pedían y les dieron el sistema de equivalencias, pero la totalidad de su escritura dejaba un gran margen de representaciones por fuera de ese sistema fonético.

                En la América Andina los misioneros notaron que los Incas y otras naciones cercanas no tenían nada que se parecieran a lo que conocían como escritura, sólo vieron representaciones pictóricas en paredes, artesanías, alfarería y tejidos, a los que consideraron simples ornamentos. En el caso de los quipus, reconocieron su función práctica, aunque lo equipararon a los instrumentos que conocían y los supusieron similares a los ábacos, entonces dijeron que eran un instrumento para realizar cuentas o registros contables. Recién ahora, con el desarrollo de la tecnología informática se está comprendiendo que es una escritura que responde a una representación tridimensional.

                Una gran dificultad para la transmisión de esos sistemas de escritura y su comprensión fue el problema de la conquista, porque para consolidar el dominio los europeos se encargaron de romper las líneas de formación de las nuevas generaciones con las destrucción de escuelas, bibliotecas y la muerte de las clases dirigentes y docentes.

                Si bien hubo misioneros preocupados por el conocimiento y la comprensión de las culturas de los conquistados, por ello reunieron informantes y aprendieron su lengua, pero accedieron sólo a un conocimiento cercenado y, por lo tanto, limitado.

                En el siglo XX, con el desarrollo de las ciencias sociales, se llevaron a cabo distintos trabajos de registro y rescate de culturas y lenguas, sin embargo, chocó con el problema de que después de tantas generaciones de persecución y estigmatización, los informantes desarrollaron estrategias de ocultamiento, a tal punto de que eluden los intentos de registro de los investigadores.

                Por ejemplo, el caso del Kakán, una lengua extendida por todo el actual territorio del Noroeste argentino, se la consideró durante mucho tiempo extinta y sólo registrada por topónimos y antropónimos, algunos en duda todavía. Sin embargo, a principios del siglo XXI se descubrió que la lengua había pervivido en una profunda y secreta diglosia, por lo tanto los investigadores no pueden acceder a ella porque requerirían un altísimo grado de aceptación por parte de sus hablantes, cada vez más reducidos por la disminución de las comunidades que la compartían.

 

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