domingo, 14 de mayo de 2023

A treinta años del premio Casa de las Américas para la novela Augustus

 Cuando la envidia habló en la literatura de Salta

A treinta años del premio Casa de las Américas para la novela Augustus de Liliana Bellone

La literatura en Salta, a lo largo del siglo XX, pretendió mostrarse como una actividad eminentemente masculina, vinculada a la bohemia de tertulias con música, tabaco y alcohol, en un ambiente que no era considerado apropiado para una dama respetable.

De hecho, la mayor parte de la literatura producida por mujeres en Salta está vinculada a la labor docente, familiar o religiosa, porque eran los ámbitos en que sí podían manifestarse honrosa y decentemente las mujeres respetables de Salta.

Sin embargo, hacia la década de 1970 la universidad ya se había instalado en Salta para transformar las costumbres porque ella era propicia para que se formaran grupos mixtos de estudiantes que comenzaron a hacer sus tertulias aún con las limitaciones impuestas por la interrupción de la vida institucional. Con el retorno de la democracia el espacio público se hizo un lugar de manifestación artística donde la nueva literatura se exhibió en recitales y tendederos callejeros; ante la admiración y hasta el rechazo de las generaciones precedentes que expresaban su desacuerdo con las nuevas prácticas, hasta llegar el extremo de negarlas como arte. “Eso no es literatura” sentenciaban en sus reuniones y lo ponían por letras de molde a través de los medios en los que trabajaban. Ellos se consideraban los únicos “dueños de la literatura de Salta” y por lo tanto los únicos con autoridad para investir y autorizar a nuevos cofrades.

A pesar de todo, las nuevas generaciones continuaron con su pujanza y por el peso de su trabajo constante se impusieron dando nueva forma al campo literario salteño. A tal punto de que trascendieron los límites de las montañas que rodean al valle comarcano y se consagraron allende las pampas y los mares.

En 1993, por primera vez en la historia de la literatura de Salta, el Premio Casa de las Américas en novela recayó en Augustus de Liliana Bellone. Un premio internacional con un jurado de lujo.

El gran macho que se creía amo y señor de las letras de Salta recibió un duro golpe en su dignidad. La evidencia era irrefutable, una escritora, una mujer que no había ido a pedir permiso al cenáculo de los dueños de la literatura para escribir, la que andaba colgando versitos y cuentos fotocopiados, era una ganadora indiscutible.

Fue tal la envidia que un portavoz generacional trató de tapar el sol con un dedo y publicó inmediatamente una nota en la sección cultural de un medio local, negando que Liliana Bellone hubiera recibido el Premio Casa de las Américas.

Y como si eso fuera poco y para que el horror sea perfecto, sacaron fotocopias de la infamante nota y las deslizaron anónimamente por debajo de las puertas de los amigos y colegas de la autora. Pero las palabras no pueden ocultar los hechos por demasiado tiempo y el premio fue entregado, la novela publicada en Cuba y luego dos reediciones en la Argentina; algo a lo que no podían aspirar los escritores de provincia, acostumbrados a pequeñas tiradas que luego no se reimprimían.

Por la lamentable nota negatoria se le echa la culpa a Luis Andolfi pues lo confesó y prometió una enmienda nunca cumplida, sin embargo es sólo un nombre y un rostro visible de toda una comunidad de escritores, pues en su momento ninguno de ellos salió a esclarecer los hechos y, no digo, realizar un desagravio con la novelista injustamente ofendida.

Ese silencio cómplice denuncia a todos aquellos que por omisión manifestaron su envidia por el logro de la escritora.

¿Cuántos de ellos se la pasaron hablando de la literatura de otros, fantaseando sobre libros que nunca escribieron y sobre premios que nunca recibieron?

Los machos heridos en su orgullo tuvieron que apretar los dientes y –muy a pesar suyo- admitir que la literatura de Salta estaba muy bien representada allende las montañas por excelentes escritoras que recogían premios a nivel nacional e internacional.

Con suerte, las nuevas generaciones dejan de lado los prejuicios sexistas y comparten libremente el campo literario, enriqueciéndolo para que los futuros lectores tengan un mundo cultural más amplio que conocer y transformar.

28/04/2023

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