Alguna vez tuve la suerte de aprender de las clases de Marcelo Di Marco y por ello tuvo la gentileza de regalarme su reciente novela. Volvía de Buenos Aires en un viaje por tierra y aproveché para leer. Las 23 horas de viaje me permitieron hacer una lectura de una sola sentada, ya que la trama es atrapante y hubiera sido lamentable tener que interrumpir la inmersión en la historia.
El secreto de la eficiencia narrativa de la novela está a la vista, es la reescritura de los clásicos. Aunque el domicilio de la aventura se ha mudado a un paisaje que nos resulta más cercano, nuevamente Teseo y Ariadna enfrentan al Minotauro, el laberinto desafía su ingenio, su valor y astucia. La aventura es el motivo para resaltar la amistad, el compañerismo, el valor, los lazos familiares y la dura experiencia de crecer.
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