miércoles, 15 de julio de 2015

EL IDIOMA ESPAÑOL EN EL MUNDO ACTUAL

Los medios masivos de comunicación nos han hecho creer que el mundo actual es único y homogéneo, dominado por la era tecnológica que nos hace a todos partícipes de una dimensión en la que la información se intercambia a la velocidad de la luz por medio de la fibra óptica.
            Pareciera que el sueño de los escritores de ciencia ficción se hubiera concretado en el siglo XXI, sin embargo es una falacia. El mundo no es único y tecnológico sino diverso y multifacético. En el momento en que estoy tecleando esto ante una pantalla de cristal líquido hay otro hombre de mi misma edad y con rasgos similares a los míos, cerca de aquí, trenzando las redes que hace mil años inventaron sus antepasados para procurarse su alimento cotidiano. No todos hemos llegado a la era electrónica de la globalización por la fibra óptica.
            En este momento hay hombres y mujeres a un lado y otro de los océanos y en ambos hemisferios que comparten un rasgo que los vincula desde antes que se imaginara la fibra óptica: el idioma de Ruy Díaz, Carlos V, Cervantes, Góngora, Miguel Hernández, Martí, Neruda, Borges, Cela.
            Hoy el imperio es angloparlante, hace dos mil años hablaba en latín, pero hace cuatrocientos años se expresaba en español. El políglota rey Carlos I declaraba que de todos los idiomas que dominaba prefería el español para las distintas cortes que presidía y para el uso diplomático por su riqueza y elegancia.
            La abuela de ese rey recibió ante sí al autor de la primera gramática de la lengua española y ante la pregunta de su majestad sobre el valor de dicha obra, el autor contestó que era el instrumento para enseñar el idioma a los nuevos pueblos conquistados.
            Siglos después de ese hecho premonitorio, las colonias se liberaron del dominio político pero, a pesar de los vanos intentos de algunos gobiernos, el español se conservó a través de tan vastas extensiones que se podía afirmar que para este idioma nunca se ocultó el sol.
            Durante el siglo XX Norteamérica extendió su influjo por el mundo entero y pretendió que su idioma funcionara como el latín del imperio romano, sin embargo el señor del norte pronto fue invadido por los pueblos que pretendió dominar y la comunidad anglosajona se vio ocupada por hombres y mujeres de distintas razas, credos y lenguas. De entre ellas se destaca en cantidad la de los hispanoparlantes que hacen de norteamérica uno de los países donde más de habla español como segunda lengua en la actualidad.
            La situación del español en la capital del imperio se hace evidente por la proliferación de canales de televisión, radios y publicaciones exclusivamente en español, además de la proliferación de indicaciones bilingües y de los cursos para agentes sanitarios, paramédicos, funcionarios y policías que deben tratar a diario con personas que manejan como única lengua el español.

            Hace pocas décadas atrás hubo una disputa con los líderes de la informática que pretendían estandarizar el teclado con la exclusión de lo que denominaban “caracteres especiales” y para ello proponían eliminar la “ñ”, grafía y fonema extraños para el idioma inglés. El idioma de Don Quijote no cedió terreno y hoy nuestro particular sonido nasal representado con una virgulilla goza de buena aceptación en los teclados y en las pantallas del mundo informatizado.

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