miércoles, 15 de julio de 2015

HISTORIETA Y EDUCACIÓN

Introducción
Este artículo no se centra específicamente en el papel que la historieta puede jugar específicamente en la enseñanza de la lengua o de la literatura, más bien tiene una orientación hacia la vinculación de este género mediático con la educación formal en general.
Nos proponemos ante todo llamar la atención sobre las potencialidades que tiene el género para ser aprovechado como material de lectura en los distintos niveles del sistema educativo.

Relación prejuiciosa
La educación durante mucho tiempo ha estado investida de un halo de solemnidad que, por tal motivo, excluyó o estigmatizó negativamente una serie de prácticas sociales por considerarlas inadecuadas para su carácter. Entre ellas podemos mencionar la canción popular, los entretenimientos mediáticos.
Hubo que esperar a que avanzara el siglo XX para que se cuestionara esa práctica discriminatoria en cuanto a lo que se admitía o no en el ámbito educativo. Recién entonces comenzó a considerarse la importancia de prácticas no escolarizadas en el aprendizaje y la socialización de los individuos de cada comunidad.
Dentro de ese panorama, los entretenimientos populares como la radio, el cine, la historieta, la fotonovela o los folletines quedaron excluidos y hasta condenados por el sistema educativo porque consideraban que distraían el tiempo que el estudiante podía dedicar a prácticas más serias. De modo que había un consenso generalizado en cuanto a actividades más o menos serias que redundaban en la formación de una persona culta. Por tal motivo, casi nadie se atrevía a afirmar su carácter de consumidor de ciertos productos de circulación masiva. Si alguien afirmaba que leía revistas, nombraba MUY INTERESANTE, NEWTON, NATIONAL GEOGRAPHIC, EL CORREO DE LA UNESCO, TODO ES HISTORIA o NOTICIAS, nadie que se reconociera como "persona culta" era capaz de confesar su gusto por las series de televisión, radio o telenovelas y mucho menos por las historietas.
De las lecturas de entretenimiento siempre se dijo que eran "poco serias" y, por lo tanto, no aportaban nada positivo a la formación cultural de un lector. Sin embargo, con el reconocimiento de la importancia del juego en la formación, aprendizaje y maduración del individuo pudo echarse una nueva mirada sobre esos productos "poco serios".
En mi caso particular, me interesa detenerme en la historieta, como una parte representativa de ese fenómeno de reacomodamiento de las producciones culturales.

El papel de la historieta
A poco de su nacimiento, la historieta trató de asumir un carácter educativo, facilitando a los lectores con poca formación escolar el acceso a la literatura clásica, por ello aparecen esos primeros intentos de ilustración de cuentos y novelas en los que lo icónico se superpone de modo redundante con los párrafos descriptivos del texto tomado como modelo. Evidentemente en esta etapa hay una intención didáctica, la de acercar una cultura libresca a los consumidores de lectura ilustrada. Un ejemplo claro de este tipo de historieta es la que publica la revista INTERVALO de Editorial Columba con adaptaciones de cuentos completos o novelas clásicas por entregas.
En las décadas que van del 30 hasta el 80, esas adaptaciones fueron cambiando, no sólo en forma sino en la apreciación que hace un género sobre el otro, pues si en una primera etapa la historieta se consideraba al servicio de un género de más reconocimiento social -la literatura- con el avance de las décadas y la conformación de un nuevo modelo de lector, la historieta se asumió como un lenguaje nuevo a la altura de la literatura, capaz de tratar sus mismos temas con sus propios recursos.

            Una nueva mirada
Algunos de los precursores en la innovación educativa vieron la potencialidad expresiva de la historieta y apelaron a algunas ya existentes -como sucedió con la afamada MAFALDA de Quino- o a la manera de la historieta construyeron viñetas con personajes y globos que alternaban con los textos expositivos –cuyo representante más conocido es Francesco Tonucci.
http://agenciasanluis.com/notas/2014/08/26/
el-psicopedagogo-y-dibujante-francesco-tonucci-en-san-luis-2/

Simultáneamente, muchos historietistas trabajaron para sus producciones con una rigurosa documentación, lo que les permitió adquirir una clara conciencia del poder informativo del lenguaje con el que trataban. Es por ello que de algunos historietistas surgió la propuesta de emplear la historieta como un instrumento didáctico dentro del sistema educativo.
El problema fue que el estigma negativo de "lectura pasatista" o "poco seria" aún pesaba en la mentalidad de muchos educadores y, antes de revisar la propuesta, prefirieron descartarla.
Un caso concreto ocurrió en Salta. Jorge Klix Cornejo fue el primer historietista salteño en publicar regularmente tiras en el diario de mayor importancia, no sólo local sino regional, trasponiendo la frontera nacional. Este creador tenía como tema la historia de la región, centrándose en personajes que la historia oficial trata tangencialmente, pero cuyo protagonismo tiene el ingrediente principal de la historieta: la aventura.
Consciente de su trabajo como divulgador de la historia, Jorge Klix Cornejo compiló las tiras en libros y, ante la transformación democrática de la década del 80, propuso al Ministerio de Educación de la Provincia de Salta que los emplearan en las escuelas para la enseñanza de la historia. La respuesta fue que la historia era demasiado seria para ser abordada por la historieta y mucho menos en la escuela.

Mientras el emprendimiento privado de Klix Cornejo fracasaba en Salta, en Buenos Aires, Félix Luna iniciaba el proyecto "Félix Luna te cuenta la historia", con el apoyo de Editorial Atlántida, muy conocida en los medios educativos por sus numerosas publicaciones destinadas para su circulación en el sistema escolar.
Sucede que este historiador -más escritor que académico- fue un preocupado por la divulgación y en esa especialidad es famosa la revista TODO ES HISTORIA que dirige con una continuidad de más de treinta años.
La colección "Félix Luna te cuenta la historia" se inició con MATÍAS CRUZA LOS ANDES, publicado en 1992 con guión de Ricardo Mariño y dibujos de Rafael Segura. El segundo libro ya estaba anunciado en el primero y se publicó en el mismo año pues el tema no daba tiempo a la postergación: MATÍAS DESCUBRE AMÉRICA.
https://luisalberto941.wordpress.com/2011/08/page/2/

Esta colección dirigida por Luna -de la que sólo conocemos estos dos ejemplares- había sido concebida para su uso y circulación escolar. Era un material producido ad hoc y por ello se proponía un personaje inserto en el sistema escolar: Matías. Este personaje era un estudiante cuyo desinterés por la escuela era superado por la aparición de un libro mágico que lo trasladaba a los escenarios históricos que debía estudiar. De ese modo, Matías se convertía en un viajero del tiempo que no se limitaba a observar la historia sino a protagonizarla junto a los héroes inmortalizados por el bronce y el discurso histórico.
La propuesta resultaba interesante pero no sabemos si hubo continuidad en la colección. Lo que nos parece negativo es que, como la literatura producida para el consumo escolar, es artificial, hecha para cubrir intereses didácticos y no es el resultado de una auténtica producción destinada a atrapar al lector por su propia temática y técnica narrativa.
Desde mi punto de vista se trata de renovar la posición elitista de que la producción tiene valor porque la respalda un historiador.

            Un reservorio de conocimientos
Entre las historietas producidas desde que surgió el género y hasta la actualidad hay una gran cantidad de textos con mayor o menor documentación de base pero centradas en la clave del género: la aventura; sin descuidar la remisión a la historia como fondo.
Consideramos que no se trata de hacer historietas para que el docente utilice en el aula sino de que los docentes aprendan a seleccionar del material existente, lo que puede servirles para abordar determinados temas escolares.
Solamente a título de ejemplo, voy a citar el caso del actor Roberto Carnaghi quien en una entrevista contó que aprobó un examen de historia con una nota alta, en el que el tema central eran los antecedentes de la Revolución Francesa, y cuando el docente le preguntó donde había estudiado todo y cómo sabía tan bien el tema, confesó que no había estudiado sino que era un gran lector de Dumas.
Docentes de distintas asignaturas conocedores de la potencialidad informativa de los medios, ilustran sus clases con cuentos, novelas y películas que permiten a los estudiantes acceder a una imagen enriquecida de los temas que abordan.
En estos casos no se trata de películas o de novelas hechas ad hoc, se trata de buenas producciones, hechas con toda la finalidad de conquistar a un público. Pensemos que EL NOMBRE DE LA ROSA de Jean Jack Anaud o CORAZÓN VALIENTE de Mel Gibson ilustran mejor a los estudiantes sobre aspectos de la edad media que someterlos a tediosas lecturas de textos académicos previstos para lectores universitarios.
Del mismo modo voy a confesar que aprendí de las campañas de Alejandro Magno leyendo ARGÓN EL JUSTICIERO, supe de la invasión de los hunos gracias a KAYAM y comprendí la Batalla de Inglaterra junto a RAF y LUTWAFFE y en mi carrera universitaria Mafalda me ayudó a reflexionar sobre el sistema educativo tanto como Tonucci.
http://armando-fernandez.blogspot.com.ar/2008/03/
la-historieta-histrica-como-atractivo.html

Conclusión
En definitiva, creo que desde nuestro lugar de docentes e investigadores debemos iniciar un fructífero intercambio con los lectores de esos géneros mediáticos a los que no hemos prestado mayor atención, más por un prejuicio que por una valorización de su estética o de la información que portan.
Abrir el diálogo con los creadores del género permitiría desarrollar proyectos conjuntos como el que está llevando la U.N.H.I.L. en Tucumán con el auspicio del Ministerio de Educación para escribir la historia de la independencia en historieta o recuperar historietas que han desaparecido de circulación y cuyos textos serían de gran provecho para acercar a los estudiantes a contenidos de distintas asignaturas.
El intercambio entre profesionales y aficionados al género con docentes de diversas áreas y pedagogos permitiría que el lenguaje de la historieta muestre su potencialidad en distintos áreas y niveles del sistema escolar.

            Bibliografía
ALESSANDRIA, Jorge (1996): Imagen y metaimagen, Buenos Aires, U.B.A. 
ALTAMIRANO, Carlos y Beatriz SARLO (1983): Literatura / Sociedad, Buenos Aires, Hachette.
APARICI, (1992): El comic y la fotonovela en el aula, Madrid, Paidós,
ARÉVALO, Oscar (1976): Breve Diccionario Político, Buenos Aires, Estudio, 2° edición.
ASIMOV, Isaac (1999): Sobre la ciencia ficción, Buenos Aires, Sudamericana.
BRECCIA, SACCOMANNO y TRILLO (1993): “Llegué a la historieta por instinto de conservación” en Revista La Maga, Buenos Aires, 17 de noviembre.
BRECCIA Alberto (1993): “Artista plástico”, en Revista La Maga, Buenos Aires, 17 de noviembre.
CÁCERES, Germán (1998): Charlando con Superman, Buenos Aires, Fraterna.
DORFMAN, A. y A. MATTELART (1973): Para leer al Pato Donald, Buenos Aires, Siglo XXI.
DORFMAN, Ariel (1985): Patos, elefantes y héroes, Buenos Aires, De la Flor.
ECO, Humberto (1995): Apocalípticos e integrados, Barcelona, Lumen-Tusquets.
GOCIOL, J. y D. ROSEMBERG (2000): La historieta argentina. Una historia, Buenos Aires, Ediciones de la Flor.
GUAMAN POMA DE AYALA, Felipe (1980): Nueva Crónica y Buen Gobierno, Tomos I y II, Caracas, Ayacucho.
GUTIÉRREZ, JOSÉ MARÍA (1999): La historieta argentina. De la caricatura política a las primeras series, Buenos Aires, Biblioteca Nacional y Página 12
GUTIÉRREZ, RAFAEL FABIÁN (2003), “Rosismo y peronismo en la historieta”, en GUTIÉRREZ, LOTUFO Y VERGARA, Abordajes y perspectivas, Salta, Secretaría de Cultura
MASOTTA, Oscar (1982): La historieta en el mundo moderno, Barcelona, Paidós.
RIVERA, Jorge (1982): “Las literaturas ‘marginales’”, en Historia de la literatura argentina, Tomo V, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina.
RIVERA, Jorge (1992): Panorama de la historieta en la argentina, Buenos Aires, Libros del Quirquincho
STEIMBERG, Oscar (1977): Leyendo historietas. Estilos y sentidos en un “arte menor”, Buenos Aires, Nueva Visión.
STEIMBERG y TRAVERSA (1997): Estilo de época y comunicación mediática, Tomo I, Buenos Aires, Atuel.

Nota:
El artículo se basa en una conferencia dictada en uno de los encuentros de historietistas organizado por la U.N.H.I.L. de Tucumán. Esta asociación es una de las tantas que han surgido a lo largo de la Argentina en las últimas dos décadas nucleando a creadores de historieta, lectores, docentes e investigadores, generando foros de discusión e intercambio que difunden y revalorizan la historieta y fue reformulada para ser presentada como ponencia en El VI CONGRESO NACIONAL DE DIDÁCTICA DE LA LENGUA Y LA LITERATURA, realizado en Salta entre el 20 y el 22 DE SETIEMBRE DE 2007.

No hay comentarios: